Aunque las matemáticas se empeñen en decir lo contrario, hay triunfos que valen doble. El de este jueves, sin ir más lejos. Una victoria de oro para el Madrid con la que ata el pase al playoff y casi la ventaja de cancha en las eliminatorias. Suma ya 16, en apenas 20 jornadas, cifra con la que se ha pasado a cuartos desde que se estrenó este formato de todos contra todos. Y aventaja en tres al Efes (cuarto) y en cuatro al Olympiacos (quinto). Con ambos tiene el cara a cara a su favor en caso de empate. Así que digan lo que digan los matemáticos, este triunfo tiene un valor extra. Un éxito lustroso en el marcador, pero apretado en la pista, en el que los pívots y Llull tuvieron un protagonismo especial.

Randolph arrancó con furia: 14 puntos en el primer cuarto, 3 más en el segundo y 24 en total al final del tercero, donde quizá no se explotó al máximo su inspiración creciente. Al último parcial se entró con 64-61 y se pasó a un 70-69 después de un triple de Beaubois. Llull ya había cogido numerito y esperaba turno. Restaban ocho minutos y llevaba 0 de 7 de tres, pero se armó de determinación para quitarle el candado al aro. Apiló tres triples seguidos, 12 de sus 19 tantos llegaron entonces. Se volvió a pegar en la camiseta la etiqueta de decisivo y lo adornó con 8 rebotes (récord personal en Europa), 5 asistencias y 2 robos.

Vasilije Micic no pudo hacerle la competencia: Rudy lo secó en el tramo vital. El base serbio, que está mutando en gran figura europea, había rivalizado en acierto con Randolph, aunque, como el americano, no anotó en el último cuarto y se quedó en 21.

El Madrid arrasó en el rebote

Aparecían entonces Pleiss y Motum. La batalla de los interiores, no obstante, fue de color blanco. El Madrid arrasó en el rebote (¡46 a 24!) y solo sus 13 pérdidas (11 hasta el minuto 30) le lastraron. Tavares tuvo un momento de dominio absoluto en ataque por los rechaces que barría. Le daba el relevo a Randolph, un testigo que también agarró Ayón con su habilidad para crear juego (5 asistencias) y Reyes con seis puntos seguidos justo antes de la eclosión de Llull.

El Anadolu Efes es la revelación de la Euroliga, gran plantilla, como casi siempre, pero este curso también equipo compacto. El controvertido Ergin Ataman ha avisado de que 2019 es su año, que quiere su primer gran título continental. Lo veremos. De momento, entre la ida y la vuelta ha tenido al campeón más minutos contra las cuerdas que al revés y, sin embargo, ha perdido las dos veces. El Madrid ha encauzado ya el camino hasta el playoff.