Walter Tavares jugó el domingo en el derbi ante el Estudiantes su partido 100 con la camiseta del Real Madrid. Llegó al club blanco en noviembre de 2017, después de más de dos años intentando la aventura NBA, y se ha convertido en uno de los pívots más dominante del baloncesto europeo.

El partido 101 (y 46 en Euroliga) con el equipo de Pablo Laso lo jugará Tavares en Gran Canaria, la isla a la que llegó en 2009, con 17 años y cuando no era más que un diamante de 2,21 por pulir: un comerciante alemán le vio en su Cabo Verde natal y puso a su familia en contacto con los responsables del Granca, con el que debutó en ACB en enero de 2013.

Tavares ya jugó la temporada pasada dos partidos en Las Palmas, los dos en Liga (fase regular y playoff semifinal). La de hoy será su primera visita en la máxima competición continental, donde el Real Madrid lleva cinco victorias en seis partidos, una marcha que contrasta con sus últimos patinazos ligueros: dos en cuatro jornadas, ante Breogán y Estudiantes.

Para el Granca la situación es muy distinta. Después de tres victorias seguidas que le engancharon a la lucha por el playoff, ha encajado tres derrotas en cuatro partidos, la última muy dura ante el Khimki (70-99). Hoy tiene la oportunidad de resarcirse, después de un balsámico triunfo en Liga ante el Fuenlabrada, y en el inicio de una semana durísima en la que después visitará al Baskonia en Euroliga y al Valencia Basket en Liga.

Es el tercer enfrentamiento de la temporada entre madrileños y canarios. Los blancos han ganado cómodamente los dos anteriores, uno en cada competición pero los dos en su pista. Víctor García, el técnico del Gran Canaria, pide a la afición que valore cada partido de esta segunda vuelta al margen de la clasificación: "Nos quedan pocos partidos de Euroliga en nuestra pista e invito a la gente a que venga a disfrutar".