Aritz Gabilondo Blog Seguir

El Análisis

Parece difícil de repetir la gesta del Mundial de 2010, su primera y única participación en un gran torneo hasta ahora, cuando los eslovacos eliminaron a la entonces campeona Italia y se colaron en los octavos de final de manera brillantísima. No había habido mayores noticias de Eslovaquia luego hasta esta fase de clasificación, culminada con éxito y que le permitirá jugar la primera Eurocopa de su historia. Ganando a España en Zilina al principio del camino hacia Francia ya demostraron de lo que son capaces los dirigidos por Jan Kozak, un técnico con carácter que ha sabido sacar lo mejor de un país con muy poca dedicación por el fútbol (allí el deporte rey es el hockey hielo) pero con talento en jugadores como Skrtel, Hamsik o Weiss que configuran una de las mejores generaciones de su historia. Haber dejado fuera de la clasificación directa a Ucrania, a la que Eslovaquia ganó en Kiev y con la que empató en casa, ya es una buena muestra de que se maneja bien ante conjuntos de su mismo nivel. Eso, añadido a sorpresas como la que protagonizó ante España, convierte a los eslovacos en un rival ordenado y por lo general incómodo.