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JUEGOS OLÍMPICOS | BALONCESTO

Rickycentrismo en España

Como en China, cuando fue MVP, el baloncesto de la Selección vuelve a estar en sus manos (+31 con él en cancha) a la espera de la aparición de Marc, el otro referente.

Actualizado a
Sergio Scariolo, con Ricky y Marc.
JESUS RUBIODIARIO AS

Dice Ricky Rubio de la dependencia que la Selección tiene de él que es un asunto de los periodistas, pero hay cuestiones tan elementales que cuando minutos después aparece Llull en el mismo sitio de la zona mixta y admite con total naturalidad que "Ricky y Marc son los pilares y el resto tenemos que bajar al barro", su argumento, aunque al base de El Masnou le toque decir eso, se desmonta.

Porque resulta obvio que la Selección está en las manos de Ricky desde el Mundial de 2019 en China. No es más que una evolución natural del Juego. Con la generación del 80 marchándose, y jugadores capitales como Rudy o Sergio también apurando su baloncesto, todo gira en los dos últimos grandes campeonatos alrededor del nuevo base de los Cavaliers. Y Ricky lo sabe tan bien que antes de China ya anunció: "Siento que tiene que ser mi Mundial". Una cuestión de auto-responsabilidad. Y salió perfecto en un jugador que dio un paso más con la presencia de Raül López a su lado. "Cada verano viene con algo nuevo que me sorprende", decía el verano en Los Ángeles en una entrevista con este medio. "Hemos trabajado la confianza y, después, la parada de tiro. He cambiado un poco y la he economizado. Hago sólo una parada en vez de varias y coger el mismo tiro con todas las opciones de juego: de bote, parado... Hay mil historias", contaba entonces.

Ricky ya anunció en los amistosos de París y Las Vegas contra Francia y Estados Unidos que está a un nivel descomunal. "No sé si vistéis lo de China, pero allí fue una exhibición detrás de otra", recordó Llull este jueves en el Saitama Arena. Y así lo fue. Ricky fue elegido MVP del torneo con una media de 16,4 puntos, 4,6 rebotes, 5 asistencias y 1,5 robos por partido. Pero, sobre todo, con una ascendencia brutal sobre todo lo que hizo el equipo.

En Tokio, el base criado en la Penya sigue las huellas de China. Con él sobre la pista, España está +31. Debutó con 20 puntos contra Japón y subió a los 26 contra Argentina. Da la sensación de que, cuando ve que el equipo necesita un poco más, pisa fuerte el acelerador. Ricky insiste en que "hay muchas más cosas que lo que pasa 40 minutos en la cancha". Que un "vamos", un grito de aliento en el banquillo, también suma. Pero el equipo se está apoyando en él, más mientras Marc intenta recuperar la regularidad en el torneo. El pívot de Sant Boi está obligado a corregir las ocho pérdidas del día de Argentina y ser el mejor socio de Ricky.

El siguiente desafío es Doncic. Eslovenia depende incluso más de Luka, pero será difícil no ver el partido como un duelo entre dos superestrellas. Una que dominó el mundo FIBA en 2019 y otra que empieza a dominar el mundo NBA. Será interesante ver cómo visualiza el partido Ricky, una persona "muy especial, con una evolución personal especial", como admite el presidente de la FEB, Jorge Garbajosa, que vuela hacia Tokio con la esperanza de ver cosas grandes de la España del last dance de Gasol. Y, por supuesto, de Ricky.