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JUEGOS OLÍMPICOS | NATACIÓN

La emoción de Schoenmaker en una mañana de récords en Tokio

La sudafricana batió la primera plusmarca individual de los Juegos en los 200 braza y acabó llena de lágrimas. Emma McKeon, la mujer más rápida.

Actualizado a
Tatjana Schoenmaker.
Gallo Images

Día a día, después de un comienzo de Juegos en los que se nadaba casi más rápido en las eliminatorias que en las finales, los cuerpos de los nadadores se van adaptando a los horarios tokiotas y a esta rareza de nadar por la mañana las carreras de las medallas. Una prueba llegó este viernes, en la madrugada española, cuando se lograron varios récords, el más especial el que logró la sudafricana Tatjana Shocenmaker en los 200 braza (2:18.95).

Después de subirse al podio en los 100, y de liderar el año con un crecimiento descomunal, la nadadora de 24 años salió decidida a por el oro siguiendo la estela de una Lilly King que nadó los primeros 100 por debajo del récord del mundo. Consciente de que la sudafricana es más sólida y rápido en el 200, intentó descolocarla con un ataque repentino, pero Schoenmaker no es una recién llegada. Aguantó, la atrapó en el 150 y la dejó atrás en el 200.

Cuando tocó la pared, sonriente porque sabía que había hecho una gran prueba y que había ganado, se quitó las gafas, miró el vídeomarcador y su cara fue una mezcla de asombro, emoción e incredulidad. Sí, había batido el récord mundial. Le abrazó Lilly King, que fue plata con 2:19.92, su compatriota la estadounidense Annie Lazor, bronce con 2:20.84 en una imagen de deportividad.

La marca de la sudafricana no fue el único récord del día, aunque sí del mundo. La final de los 100 mariposa está llamada a ser una de más apasionantes de los Juegos. El húngaro Kristof Milak batió el récord olímpico con 50.31, pero en la siguiente semifinal Caeleb Dressel, campeón de los 100 libre, se lo arrebató acercándose al del mundo (49.71).

En los 100 libre femeninos, la australiana Emma McKeon se impuso y suma ya cuatro medallas en Tokio, ocho en su cuenta particular contando los Juegos de Río. La velocista además consiguió el récord olímpico con 51.96. La plata se la llevó la sorprendente nadadora de Hong Kong, con un tiempo de 52.57, récord asiático. Y el bronce viajó también a Australia, en concreto se aposento en el cuello de Cate Campbell, quien fue abanderada, con 52.52.