Los Ultrasur le vienen bien a Florentino Pérez

En su enredada no-explicación de lo que pasa o no pasa, o no ha pasado, o sigue sin pasar, o algún día pasará, Florentino presentó un salvavidas, los Ultrasur. ¡Qué bien le han venido! Cuando llegó, estaban en un lateral del Bernabéu, desplazados allá tras el destrozo de la portería del día del Borussia. Lorenzo los sacó del fondo sur, pero el florentinato pensó que no era para tanto, que se les podía readmitir en el seno del club, devolverles su espacio más querido. “Son buenos chicos”, me decían. Se suponía que bajo la seráfica influencia del club no iban a hacer nada inapropiado...

Y no hicieron nada inapropiado... para el club. Cuando Mourinho, su modelo social, metió el dedo por el ojo a Tito Vilanova, rompieron hacia donde les empujaba su ser: ‘Tu dedo señala nuestro camino’. A partir de eso hubo ruptura entre el otrora Real Madrid y el macarraje que respaldó a Mourinho. Entonces surgió el grito, coreado por los peores, que eran muchos: “Marca y AS, cámara de gas”. Ese cántico no lo criticaron ni Florentino ni sus pelotilleros. Quedó como himno golfo del íncubosúcubo engendrado en la tenebrosa relación entre Florentino y Mourinho, de la que alguien les perdone.

Ni aquí ni en Marca ha ido nadie a ninguna cámara de gas, felizmente. Hoy, los exaltados que nos deseaban tan feo destino ya no son bienvenidos en el Bernabéu. Eran más mourinhistas que madridistas y no han resistido el despido de su líder moral, aquel entrenador tan borde. Y he aquí que Florentino se presenta ahora como un perseguido de aquellos ultras, que nunca le invitaron a la cámara de gas. Ahora se reclama de ser víctima de la persecución de esos mourinhistas defraudados, a los que él ilusionó. Pues yo le doy ánimo: que le ataquen, le viene bien. Son tan brutos que ni se dan cuenta.